Abuso sexual de hombres

    Sorprendentemente, no solo se habla muy poco sobre la violencia sexual contra los hombres, sino que tampoco se toma en serio. Los hombres informan mucho menos frecuentemente sobre la violencia. Esto se ve influenciado por actitudes sexistas que se han reforzado en la sociedad. Se cree que un hombre siempre debe estar listo para el sexo y no tiene derecho a negarse; se considera que un hombre es fuerte y, en consecuencia, no puede ser víctima.

    Comúnmente se cree que los hombres encarcelados son objeto de violencia por parte de otros hombres. Sin embargo, la realidad es que también hay mujeres que perpetran violencia. En 2012, el New York Times informó que uno de cada 21 hombres había sido obligado a tener relaciones sexuales con penetración, generalmente por una mujer, había sido víctima de una violación intentada o había recibido sexo oral sin desearlo.

    Un estudio estadounidense realizado por Artime, T. M., McCallum, E. B. y Peterson, Z. D. en 2014 muestra que la mayoría de los hombres que han experimentado algo que califica como violencia sexual contra ellos no categorizan su experiencia como traumática. De los 323 hombres, solo el 24% usó el término "violencia sexual" para describirse a sí mismos.

    También existe el mito de que es imposible tener una erección en caso de violencia. Pero ni una erección ni siquiera un orgasmo indican consentimiento. La erección y el orgasmo son reacciones fisiológicas que no se pueden controlar, incluso bajo un gran estrés.

    Al igual que las víctimas femeninas de violencia sexual, la investigación muestra que los hombres víctimas a menudo sufren varias consecuencias psicológicas, tanto inmediatamente después del acto de violencia como muchos años después. Estos efectos incluyen culpa, ira, ansiedad, depresión, trastorno de estrés postraumático, disfunción sexual, quejas somáticas, trastornos del sueño, abandono de relaciones e intentos de suicidio.

    Todas las víctimas de abuso sexual deben recibir rehabilitación psicológica a través de un psicoterapeuta.

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