La adicción sexual, también conocida como sexaholismo, es un constructo social que no tiene análogos en la lista de trastornos mentales. La psiquiatría no tiene datos que indiquen que las actividades sexuales, al igual que las sustancias que causan adicción, puedan afectar el cerebro.
La investigación neurobiológica muestra que las personas que llevan estilos de vida sexualmente liberados son más sensibles a la estimulación genital. Sin embargo, la adicción debería tener el efecto contrario: el cuerpo se acostumbra y se vuelve tolerante al estímulo.
Signos de sexaholismo
Sin embargo, el problema de controlar los impulsos sexuales es real, y la clasificación internacional de enfermedades incluye un diagnóstico de "trastorno del comportamiento sexual compulsivo". La actividad sexual a menudo sirve como distracción, una escapatoria de la realidad con sus crisis, ofensas, pérdidas y miedos. En este caso, una persona experimenta constantemente pensamientos, fantasías y sentimientos sexuales intrusivos e intensos y participa en diversas formas de comportamiento sexual.
El impulso interno de participar en acciones sexualizadas surge para evitar sensaciones desagradables. Además de la satisfacción inicial, se puede obtener un aumento temporal de la autoestima, liberación emocional, alivio de la tensión, sensación de seguridad y aceptación. Gradualmente, los impulsos sexuales se vuelven tan fuertes que una persona pierde el control y la actividad sexual ya no produce el placer esperado. Tal condición puede ser transitoria, por ejemplo, durante el desarrollo sexual, pero aquellos que "quedan atrapados" en este período necesitan ayuda.
Tratamiento para la adicción sexual
No hay un número "normal" de parejas sexuales, frecuencia de cambio u otros indicadores cuantitativos de la vida sexual que ayuden a diagnosticar el problema. La indicación para buscar ayuda de un especialista (sexólogo, psiquiatra, psicoterapeuta) es una situación en la que las consecuencias de la vida sexual de una persona dañan su salud mental (autoestima reducida, sentimientos de culpa, autolesiones, dificultades para mantener la intimidad emocional) o salud física, y causan sufrimiento a quienes los rodean.
La base se convierte en el trabajo psicoterapéutico, y según el criterio del médico y el estado del cliente, puede incluirse una corrección medicamentosa para estabilizar el fondo emocional, mejorar el sueño y crear un entorno favorable para la psicoterapia.