Continuemos discutiendo sobre la enfermedad. Se pueden identificar las siguientes etapas de la enfermedad hemorroidal:
la primera etapa incluye la aparición de rayas de sangre durante la defecación, quejas de molestias leves, dolor sordo y opresión en el ano que aumenta después de actividad física o
la segunda etapa ocurre cuando los nódulos ya están agrandados, edematosos y caen periódicamente, pero aún se pueden reintegrar en el interior del intestino por sí solos. La molestia es más pronunciada tanto en reposo como en movimiento, y a menudo se siente una sensación de cuerpo extraño en el recto.
durante la tercera etapa, los nódulos caen con más frecuencia, incluso con un ligero empuje, durante el ejercicio o la defecación. Los nódulos son difíciles de enderezar o no se enderezan en absoluto. Los músculos del recto se debilitan. El sangrado se vuelve más frecuente y más grave, y el dolor aumenta, afectando las actividades profesionales y sociales. Surge el miedo a defecar.
la cuarta etapa presenta una distrofia significativa del ano y los tejidos cercanos. Los nódulos caen con frecuencia o de manera permanente y no se enderezan por sí solos. El sangrado por el ano es frecuente y abundante. Pueden desarrollarse complicaciones en forma de paraproctitis y/o infección. El dolor constante, que aumentará al sentarse, caminar o realizar una actividad física mínima.
Se diferencian las hemorroides crónicas y agudas. El término hemorroides agudas se utiliza generalmente para describir una condición en la que tanto la trombosis como la inflamación de la pared vascular (flebitis) ocurren al mismo tiempo, en un corto período de tiempo. Sin tratamiento, la enfermedad puede progresar hacia hemorroides crónicas. Puede durar meses o años.
Para evitar el desarrollo de las hemorroides, se deben tomar las siguientes medidas preventivas:
- una dieta saludable (mantener un régimen de hidratación, consumir muchas verduras y fibra, y reducir la cantidad de alimentos picantes y grasos en la dieta).
- mantener un estilo de vida activo (con trabajo sedentario, levantarse cada 30 minutos, caminar por la habitación o hacer algunos ejercicios de abdominales).
- hacer ejercicio regularmente.
- mantener la higiene de los genitales y el ano.
- utilizar lubricantes durante el sexo anal y evitar acciones bruscas y dolorosas.
Para diagnosticar las hemorroides, es necesario consultar a un proctólogo. El médico realiza preguntas al paciente, examina el área anal y realiza un examen rectal digital. El proctólogo puede identificar síntomas evidentes de las hemorroides y concluir la existencia de las mismas incluso durante la primera consulta. La colonoscopia y la rectosigmoidoscopia se utilizan para confirmar el diagnóstico e identificar la forma y etapa de la enfermedad.