Veamos los hechos.
Los hallazgos de investigaciones sugieren que el alcohol puede ser un asesino silencioso de la salud sexual, incluso en el caso de consumo moderado.
Puedes decir que muchas personas beben y no ven ninguna consecuencia posterior.
Quizás no hablan de ellas o no las relacionan con la causa raíz.
Si se consume en pequeñas cantidades, aproximadamente menos de 25 ml de alcohol al día o hasta 200 ml de vino seco o 70 ml de vodka, el alcohol no tiene un impacto negativo pronunciado en la función sexual (los expertos creen que no existen cantidades completamente seguras, especialmente en términos de salud cardiovascular). Sin embargo, cuando se exceden estas cantidades, especialmente en caso de abuso regular durante mucho tiempo, el alcohol tiene un impacto considerable en la salud sexual (y no solo sexual).
- Problema uno: puedes perder el control. Estudios han demostrado que bajo la influencia del alcohol, las personas tienden a aceptar mayores riesgos, tener relaciones sexuales más frecuentes con nuevas parejas y usar menos condones. Estas situaciones aumentan el riesgo de infecciones, incluido el VIH. Además, la mayoría de los casos de violencia sexual ocurren bajo la influencia del alcohol.
- Problema dos: el alcohol afecta la erección. El alcohol tiene un efecto negativo comprobado en la función eréctil tanto en términos de lograr como de mantener la "dureza" necesaria. Por cierto, con una mala erección, un condón es menos efectivo.
- Problema tres: puede resultar difícil lograr la eyaculación. El alcohol ralentiza considerablemente el tiempo de eyaculación, lo que hace que tú y tu pareja se sientan incómodos. El sexo inseguro aumenta el riesgo de lesiones.
- Problema cuatro: es más difícil disfrutar, el orgasmo no ocurre o se vuelve débil y superficial. Quizás esto sea lo más importante. Ten en cuenta que las pequeñas ventajas, como el ligero efecto de libertad de comunicación que te da el alcohol, están en gran medida compensadas por sus impactos negativos en la salud sexual.
Como bonificación, aquí tienes tres consejos para reducir la cantidad de alcohol que consumes:
- Bebe más agua: tomar uno o dos vasos de agua o una bebida sin azúcar antes de una fiesta puede ayudar a reducir la sed de alcohol.
- Opta por bebidas alcohólicas de menor graduación, preferiblemente las de bajo contenido alcohólico. Estudios han demostrado que esto permitiría reducir la cantidad de alcohol que consumes.
- Elige botellas y vasos más pequeños: comprar botellas pequeñas de alcohol y vasos de menor tamaño te dará un mejor control sobre la cantidad de alcohol que bebes.