Los anticonceptivos masculinos tradicionalmente se dividen en tres grupos: anticonceptivos de barrera, medicamentos y anticonceptivos quirúrgicos. Los de barrera incluyen los condones, los medicamentos son los anticonceptivos hormonales (píldoras o inyecciones anticonceptivas masculinas) y los quirúrgicos son la vasectomía y la ligadura de los conductos deferentes.
El método anticonceptivo masculino principal es el uso de condones, un excelente dispositivo que no solo protege contra embarazos no deseados, sino también contra enfermedades de transmisión sexual. Aproximadamente el 85% de los hombres utiliza condones, mientras que solo el 2% opta por la vasectomía.
Las encuestas muestran que casi el 50% de los hombres estaría interesado en utilizar métodos alternativos de anticoncepción reversible si existieran.
Un nuevo tipo de anticonceptivo de barrera es el Vasalgel. Se trata de una sustancia inyectada en los conductos deferentes que se solidifica al entrar en contacto con el tejido vivo y bloquea la eyaculación de los espermatozoides. Si se inyecta otra sustancia, se disolverá la que bloquea los conductos deferentes y el hombre podrá embarazar nuevamente. Se estima que la efectividad del Vasalgel dura al menos diez años.
Otros anticonceptivos masculinos, como las píldoras, son más difíciles de desarrollar que los anticonceptivos femeninos. Las píldoras masculinas pueden evitar la producción de espermatozoides, pero el desequilibrio hormonal puede causar problemas de salud. La investigación sobre esta forma de anticoncepción se ha llevado a cabo durante los últimos 50 años. Recientemente, se ha desarrollado en Estados Unidos un compuesto que neutraliza una proteína que desempeña un papel importante en la formación de espermatozoides. Se planean ensayos clínicos con humanos para finales de 2022.
Actualmente se está llevando a cabo la segunda fase de investigación sobre el uso diario de Nestorone, un gel combinado para la anticoncepción masculina, en diez países de todo el mundo. El mecanismo de acción del gel es la supresión de la formación de espermatozoides. Ya se han publicado los primeros resultados provisionales: de las 420 parejas que participaron en los ensayos clínicos, no se registraron embarazos.
Una revolución está llegando pronto al mundo de los anticonceptivos masculinos, pero por ahora, la forma más confiable de protegerse contra embarazos no deseados sigue siendo el condón.