Ya hemos hablado aquí sobre la función, los valores promedio y altos de testosterona. Hoy hablaremos sobre la baja testosterona, sus causas y síntomas.
La norma de testosterona es de 10-34 nmol/l o 330-950 ng/dl. Los niveles de testosterona comienzan a disminuir a partir de los 30-35 años; incluso en hombres sanos, es un cambio normal relacionado con la edad, ya que la producción de la hormona disminuye aproximadamente un 1% anualmente.
Sin embargo, existen otras razones para su disminución:
- Remoción quirúrgica de los testículos por razones médicas;
- Malos hábitos: tabaquismo, consumo de alcohol, sustancias psicotrópicas;
- Estilo de vida sedentario, trabajo sedentario;
- Estrés agudo y crónico (la adrenalina bloquea la acción de la testosterona);
- Trabajar con factores peligrosos y nocivos, sustancias tóxicas;
- Hipertensión, enfermedades cardiovasculares;
- Uso de medicamentos (antihipertensivos, opioides, corticosteroides, ketoconazol, hormonas);
- Altos niveles de bilirrubina, que destruye la testosterona;
- Insuficiencia renal;
- Enfermedades endocrinas, anomalías asociadas con un desequilibrio en el fondo hormonal;
- Obesidad, diabetes mellitus;
- Enfermedades inflamatorias, infecciones;
- Niveles elevados de lipoproteínas en la sangre;
- Anomalías genéticas, como el síndrome de Down, síndrome de Kallman y síndrome de Klinefelter.
Al principio, la disminución de la testosterona puede no manifestarse externamente, o puede causar una serie de los siguientes síntomas:
- Debilidad muscular, fatiga;
- Falta de aire con un esfuerzo físico mínimo;
- Sudoración;
- Trastorno de la libido (deseo sexual disminuido o ausente);
- Problemas de erección, insuficiente o ausente durante la estimulación y por la mañana;
- Aumento rápido de peso. La grasa se acumula en el área del pecho y el abdomen;
- Reducción del vello corporal, especialmente en el pecho y las espinillas;
- Cambios de humor, irritabilidad, disminución del estado de ánimo;
- Disminución de la capacidad de trabajo, procrastinación;
- Trastornos del sueño, incluyendo dificultad para conciliar el sueño y falta de descanso después de dormir.
Dependiendo del espectro de problemas que hayan surgido, la falta de testosterona puede ser identificada por un urólogo, endocrinólogo o (psiquiatra) psicoterapeuta.